Un estudio científico reveló que la ingesta de hidratos de carbono es una forma de mantener el humor por la glucosa que contiene este tipo de alimentos. ¿La clave para sortear el desánimo en plena dieta?
Cualquier nutricionista y paciente a dieta sabe que someterse a un régimen para bajar de peso puede mellar el ánimo del más valiente. Los bajones anímicos suelen ser frecuentes, así como también un menor desempeño cognitivo, entre quienes eligen dietas bajas en carbohidratos, las más populares a la hora de perder kilos. Al parecer, esto es porque la glucosa que proveen los hidratos de carbono (presente sobre todo en las pastas, el pan y el arroz pero también, en menor medida, en las frutas) es el combustible esencial para el funcionamiento cerebral. Y por ende, dejar de alimentarlo puede ocasionar inconvenientes en las redes neuronales. Así lo determinó un estudio publicado en la revista Archives of Internal Medicine de la American Medical Association, que comparó durante un año las reacciones de 118 pacientes obesos a los que se sometió al azar a un régimen con muy pocos hidratos de carbono y alto en grasa o a otro con poca grasa pero alto en hidratos de carbono. Si bien los científicos no hallaron diferencias significativas respecto de las velocidades de procesamiento de la información en los respectivos cerebros, sí había cambios mensurables en los estados de ánimo, publicó el Diario Uno. Tampoco hay referencias expresas sobre el mecanismo subyacente pero anteriores estudios habían relacionado la ingestión de los alimentos con la presencia de hormonas que causan placer en el cerebro.
Fuente: infobae.com
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