La búsqueda de algún tipo de sangre artificial que ayude a paliar los déficits de este preciado material traen de cabeza a la ciencia que, sin embargo, no ha dado aún con la receta ideal. Un nuevo trabajo publicado en la revista 'Nature' sugiere que la clave podría estar en algo tan sencillo y abundante como una célula de la piel humana.
Científicos de la universidad canadiense de McMaster han logrado la proeza de transformar una célula adulta de la piel en una célula madre hematopoyética, aquéllas que dan lugar a los diferentes tipos que componen la sangre humana. Se trata de momento de un paso muy preliminar, puesto que no se espera que los ensayos clínicos con humanos comiencen antes del año 2012 (y aún habrá que esperar más para tener resultados) pero es un primer paso hacia un método que permitiría paliar el déficit de sangre humana, tan necesaria para las transfusiones sanguíneas o para el tratamiento de patologías de la sangre, como la anemia. Mick Bhatia y su equipo han logrado una transformación directa de los fibroblastos (un tipo de célula del tejido conectivo) en la célula sanguínea, sin necesidad de retrasar su reloj biológico hacia un estadio similar al embrionario (en el que las células tienen capacidad de ser pluripotenciales, es decir, de convertirse en diversos linajes del organismo humano). Hasta ahora se había logrado con un proceso similar transformar los fibroblastos en neuronas y en células cardiacas (cardiomiocitos) y este nuevo avance supone un paso en el lento pero seguro camino de la medicina regenerativa actual. Como concluyen en las páginas de su estudio, teniendo en cuenta la capacidad de expansión y la posibilidad clínica de emplear este método de conversión directa, la técnica abre la posibilidad a futuras terapias autólogas, que permitan al paciente disfrutar de sus propias células como reemplazo para tejidos dañados.
Fuentr: D Norte
Científicos de la universidad canadiense de McMaster han logrado la proeza de transformar una célula adulta de la piel en una célula madre hematopoyética, aquéllas que dan lugar a los diferentes tipos que componen la sangre humana. Se trata de momento de un paso muy preliminar, puesto que no se espera que los ensayos clínicos con humanos comiencen antes del año 2012 (y aún habrá que esperar más para tener resultados) pero es un primer paso hacia un método que permitiría paliar el déficit de sangre humana, tan necesaria para las transfusiones sanguíneas o para el tratamiento de patologías de la sangre, como la anemia. Mick Bhatia y su equipo han logrado una transformación directa de los fibroblastos (un tipo de célula del tejido conectivo) en la célula sanguínea, sin necesidad de retrasar su reloj biológico hacia un estadio similar al embrionario (en el que las células tienen capacidad de ser pluripotenciales, es decir, de convertirse en diversos linajes del organismo humano). Hasta ahora se había logrado con un proceso similar transformar los fibroblastos en neuronas y en células cardiacas (cardiomiocitos) y este nuevo avance supone un paso en el lento pero seguro camino de la medicina regenerativa actual. Como concluyen en las páginas de su estudio, teniendo en cuenta la capacidad de expansión y la posibilidad clínica de emplear este método de conversión directa, la técnica abre la posibilidad a futuras terapias autólogas, que permitan al paciente disfrutar de sus propias células como reemplazo para tejidos dañados.
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