Tienen 10 genes implicados en el procesamiento del oxígeno diferentes a los del resto de la humanidad y esto es porque viven a 4500 metros sobre el nivel del mar donde los niveles de oxígeno no son suficientes. Sin embargo otras comunidades que habitan en alturas equivalentes no presentaron esta evolución del ADN que hace a los monjes tibetanos únicos en la especie humana. El cuerpo humano no está diseñado para vivir a 4500 metros por encima del nivel del mar. A esa altura la presión de oxígeno en el ambiente es tan baja que la cantidad que llega a los pulmones es insuficiente. Claro que hay algunas culturas acostumbradas a estas condiciones: los pueblos andinos o las tribus de las montañas etíopes, por ejemplo. Pero los habitantes de la meseta tibetana tienen rasgos fisiológicos únicos. Tal parece que siglos de evolución bajo condiciones extremas lograron hacer de estos hombres una raza particular: no solamente sus cuerpos sufren los cambios fisiológicos que cualquier otro ser humano
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